sábado, 13 de febrero de 2016

SEÑOR DE LOS MILAGROS

            
             SEÑOR DE LOS  MILAGROS

Señor de los Milagros !ve aquí! 
Tengo el corazón bien remendado, 
es por ti que no fui derrotado, 
ya que tú, lo quisiste así.

El galeno mi pecho abrió, 
y la válvula aorta remplaza, 
a dos días de volver a casa, 
la pleura y el pulmón se infectó;

Surgen los síncopes cardíacos.
La Parca me transportó a su reino,
no fue al cielo, pero si al infierno,
al Paternón de los demoniacos.

Frente a mi lecho se develó
del monte Everest, sendas colinas, 
copos de hielo cubrían las sabanas 
y mi torso el hielo cinceló

!sentí la flama! el hielo me abrasó,
por todo mi dorso penetró, 
el dolor lo eterno impetró, 
la lágrima mi ojo no arrasó.p

?Por qué tanto frío? pregunté
"no pagaron un contacto" dijo, 
en mi cerebro la voz predijo.
voz, que días antes insulté.

Con la visión mental yo busqué
una regleta sepia encontré, 
actos impuros !adulteré!
Dios señaló contra que pequé, 

Transcurridos cuarenta minutos,
la acompañante prendió la alarma, 
la enfermera destrozada el alma,
llama a los galenos sustitutos.
!Los galenos fueron diligentes!
con prontitud me revivieron, 
un tac y endoscopia concluyeron,
que no habían daños inminentes. 

En Seól estaban esperando.
Estok de Adams, síncope cardiaco.
Cuarenta y dos segundos el ataco, 
epicrisis fueron relatando,

a la UCI volverá de ipso facto. 
Dos sincopes cardiacos más tuve, 
en el reino de Dios Padre anduve, 
Él quiso mi regreso en el acto.

Salí a la cancha de baloncesto, 
salí en cuerpo astral en parcial forma, 
de cintura arriba se deforma, 
nunca había experimentado esto.

En la parte derecha había, 
tres esferas con letras brillantes,
si, brillantes mas no destellantes, 
sin dificultad las recogía.

Las tomé a las tres desde mi lecho, 
las lleve y las deje en mi regazo, 
las presioné fuerte con mi brazo,
ellas se esfumaron en mi pecho.

En los jardines del reino estuve, 
rosas, árboles y prado verde, 
el sol radiante, una nube asciende, 
los cuatro elementos no los obtuve.

El sol no tocó, ni quemó mi piel, 
sobre verde grama levité, 
muerto estoy !no ciaré medité!
viviré por siempre en el dosel.

Junto al bosque de pinos aparecí, 
mi nieta entre troncos se escondía, 
que está haciendo aquí Laura Sofía 
y al pronunciar su nombre volví.

Al despertar de aquel largo viaje,
sin el oxígeno en mis pulmones, 
quise proceder a esas acciones, 
sentí dolor y en el pecho ultraje.

Si me permiten regreso al pasado,
en la UCI en vigilia yo dormía,
y al oído la voz me decía:
"vas a quedar rico”! Fui tentado!

Esperó paciente la muy indigna, 
los bienes de los míos yo sumaba, 
con la riqueza me cobijaba,
la voz no fue un ángel !fue maligna!

Feliz la codicia consumaba, 
ella sublime supo decir:
"tu esposa es quien tiene que morir"
su idea al vuelo yo refutaba;

!Soy yo! quien tiene que marchitarse,
!soy yo! quien está aquí en esta cama, i
por qué tiene que ser esa dama, 
la voz, sin voz !tuvo que ausentarse!

Síncope tras síncope sufrí, 
cada uno de ellos tuvo su historia, 
fui a los infiernos, después a la gloria; 
fue inalcanzable, quedarme allí.


Autor: Pedro Pablo Blanco Manrique



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